Manizales: ciudad con raíces cafeteras y patrones comerciales

A finales del año pasado, la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas lanzó una nueva publicación denominada Serie Economía y Empresa, en la cual se divulgarán todos los estudios económicos que se producen desde el Área de Investigaciones Socioeconómicas. En la primera publicación de la serie, titulada Crecimiento empresarial de Manizales: Recopilación histórica y análisis cuantitativo, la CCMPC lo dedicó a la historia económica de la ciudad y a su evolución empresarial, precisamente por su importante dinámica en más de 160 años de historia y la relevancia que ha tenido en el contexto económico regional y nacional a través del tiempo.

La historia de Manizales tiene sus orígenes a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, época en la que inicia el proceso de expansión poblacional al interior del país denominado colonización antioqueña. Este proceso se debió a unas condiciones económicas y sociales críticas en Antioquia, especialmente por la fuerte concentración de la tierra que provocó la expedición por parte de algunos antioqueños al sur de su tierra natal, hacia el territorio actual del Norte de Caldas. Progresivamente se fue dando la colonización, empezando por Aguadas (1814), Salamina (1825), Pácora (1832), Filadelfia (1840), Neira (1842), hasta finalmente arribar a Manizales, en el año 1848, proceso que es conocido en la historia de la ciudad como la “expedición de los veinte”, en honor a los 20 colonizadores que conformaron la campaña, que salió desde Neira, para fundar la ciudad.

Décadas más tarde, Manizales pasó de ser una pequeña aldea y se convirtió en un gran centro comercial a nivel regional con relevancia dentro del contexto económico, político, militar y social del país. El crecimiento económico, administrativo y demográfico de la ciudad se fue dando a medida de los intercambios comerciales donde los arrieros jugaron un papel fundamental en el sistema económico de la ciudad y la región. Gracias al comercio, la ciudad se convirtió en un referente de desarrollo en todo el país.

Finalizando la década del siglo XIX, se dieron las primeras plantaciones de café en la ciudad y el departamento, en un inicio de consumo familiar y ulteriormente en una etapa de producción, que llevó a un movimiento económico sin precedentes en el territorio. El café rápidamente se convirtió en un negocio muy rentable, el cual creció a raíz de los capitales acumulados desde la actividad comercial, dinamizando aún más la entrada y salida de bienes para el consumo interno (por los mayores ingresos comerciales y cafeteros) y la exportación del grano.

El auge comercial y cafetero de Manizales provocó la llegada de diversas entidades bancarias y financieras, suscitó el nacimiento de las primeras industrias, permitió oficializar a Manizales como capital del departamento (1905) y marcó la época de oro de la ciudad (hasta 1925).

Los años treinta no fueron los más favorables, los incendios, la crisis financiera y fiscal de los años veinte en la ciudad, los efectos colaterales de la Gran Recesión 1929-1933 y la caída en los precios internacionales del café, mermaron el ritmo de crecimiento en Manizales. A partir de los años cuarenta la ciudad toma un nuevo aire, el Pacto de Cuotas impulsó la economía cafetera y se consolidó un proceso de industrialización moderna en Manizales. El fenómeno de Los Azucenos, la inversión en la generación eléctrica y los mayores recursos para financiación (gran parte gracias a la creación de la Corporación Financiera de Caldas) durante las décadas posteriores, estimularon el proceso de industrialización y se vigorizó la conformación de un tejido empresarial más sólido y diversificado en la ciudad.

Durante las décadas de los setenta, ochenta y noventa, Manizales pasó por diversas situaciones coyunturales que afectaron temporalmente su dinámica, sin embargo, su proceso de crecimiento empresarial ha sido espectacular hasta la fecha. En un poco más de 40 años Manizales pasó de ser una ciudad concentrada en el sector comercial a ser una ciudad con una industria manufacturera sólida y consolidada y, en la última década principalmente su proceso de transformación productiva la ha llevado a fortalecer y ampliar sus capacidades instaladas en el sector de servicios.

Manizales década tras década ha incrementado sus capacidades, tanto productivas como de capital humano, y sin duda ha salido fortalecida de cada obstáculo económico, político y social que ha vivido en el trascurso de su historia. Esto mismo hace que Manizales siempre tenga una exigencia más alta, en donde los diversos agentes (empresarios, instituciones, gobiernos y ciudadanos) siempre actúen en una constante búsqueda de crecimiento y desarrollo y Manizales en cada momento de su historia sea referencia económica y empresarial a nivel nacional.

Para información más detallada es posible consultar el documento aqui.

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