Hace unos días la Red de Ciudades Cómo Vamos, en colaboración con la Fundación Luker, publicaron el Índice de Ciudades Universitarias de Colombia, con el grato resultado de que Manizales puntea en este indicador, el cual exige una muy buena interpretación al ubicar a Manizales como la ciudad de Colombia que más logra acercarse al concepto de ciudad universitaria. En puntajes le sieguen Bucaramanga y Medellín.
Este índice es una herramienta que permite analizar las condiciones que ofrecen las ciudades colombianas a los estudiantes universitarios, que va más allá de los indicadores comúnmente utilizados para medir la calidad de la educación superior, que se centran exclusivamente en evaluar las instituciones educativas, donde no se tiene en cuenta otras variables que rodean el concepto de ciudad universitaria. Al interior del índice se evalúan cinco dimensiones: calidad de la educación superior, ambiente universitario, costo de vida, calidad de vida universitaria y empleabilidad de los egresados, con ponderaciones del 25%, 25%, 20%, 20% y 10% respectivamente, para construir el índice sintético final, que incluye un total de 19 variables. Cada dimensión incluye una serie de variables para su medición, que delimitan el significado y amplitud del concepto de ciudad universitaria:
Calidad de la educación superior: número de profesores con doctorado por estudiante; promedio de los porcentajes de estudiantes en el último cuartil en los resultados de las pruebas SABER PRO para las competencias genéricas; porcentaje de estudiantes de nivel universitario presencial inscritos en universidades con acreditación de alta calidad y número de estudiantes ponderados de acuerdo al listado de mejores universidades de América Latina. En esta dimensión Manizales ocupa el tercer puesto, luego de Bogotá y Medellín. Cúcuta está en última posición.
Ambiente universitario: número de estudiantes universitarios en metodología presencial por cada mil habitantes; índice de concentración HHI calculado a través del número de estudiantes por núcleo básico de conocimiento; componente de tolerancia e inclusión IPS y satisfacción con la oferta cultural y recreativa. En esta dimensión Manizales ocupa el segundo puesto, luego de Bucaramanga. Bogotá y Pereira están a media tabla. Ibagué y Cartagena en las últimas posiciones.
Costo de vida: precio promedio del alquiler corriente; precio promedio del alquiler de habitación para estudiantes universitarios; precio promedio del transporte público colectivo y tasa de inflación. En esta dimensión Manizales ocupa la sexta posición. La ciudad más costosa es Cartagena, seguida de Bogotá; y las menos costosas son Cúcuta e Ibagué.
Calidad de vida universitaria: satisfacción con la ciudad como lugar para vivir; componente sostenibilidad del ecosistema IPS; satisfacción con los medios de transporte y percepción de la seguridad. En esta dimensión Manizales es líder en el país. En los últimos puestos están Cartagena, Bogotá, Cali y Cúcuta.
Empleabilidad de los egresados: tasa de cotizantes a seguridad social a un año de graduación; salario de enganche a un año de graduación y tasa de desempleo de los jóvenes. En esta dimensión Manizales ocupa el cuarto lugar, luego de Bogotá, Bucaramanga y Medellín. En la última posición se encuentran Cúcuta, Ibagué y Pereira.
Es posible concluir que el índice resume una realidad actual de Manizales, donde se viene trabajando por un proyecto de consolidarse como ciudad universitaria. Este trabajo no se realiza en el corto plazo y requiere de esfuerzos de largo aliento y del trabajo articulado de diversos actores, donde las universidades claramente son las protagonistas. Este tipo de indicadores son un instrumento muy eficaz para los actores en torno a las políticas públicas, pero es requisito que los diversos agentes conectados dentro del concepto de ciudad universitaria crean en este proceso, confíen en sus capacidades, reconozcan sus debilidades, hagan redes de trabajo armoniosas y utilicen este tipo de herramientas que son construidas pensando en que el conocimiento por el conocimiento no es transformador, tan solo cuando logra ser aplicable a nuestras realidades, ese conocimiento se convierte en el motor de desarrollo de las sociedades.
Estudios Económicos
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